Mastología Oncológica

En los últimos 20 años, se verificó un aumento significativo de la sobrevida del ser humano. El hombre ha vivido más y con una calidad de vida mejor, aunque trajo consigo, también, el aumento de las enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas el cáncer.
La necesidad de conocimiento de esta enfermedad multifactorial, de sus aspectos epidemiológicos, pasando por la preservación y en especial, los tratamientos, sean ellos, quirúrgicos, clínicos y radioterapéuticos, nos llevan a creer que la enseñanza médica de la Cancerología necesita ser más valorada.
Prólogo
A pesar de los incuestionables esfuerzos de los gobiernos, la mama continúa siendo el blanco de la mayoría de los casos de cáncer en mujeres.
La estadística mundial más reciente mostró que 1,4 millones de casos nuevos surgieron en 2008 en todo el mundo. Numerosos factores son descritos para justificar tal cifra, que continúa creciendo peligrosamente. Es evidente que la Medicina viene evolucionando en el combate a esta patología y parece no estar lejos la fecha en la cual este mal será controlado.
Sin embargo, su liderazgo persiste desde hace algunas décadas; 52.680 casos nuevos de cánceres de mama en nuestro país en 2012. Esto corresponde a 27,9% de los casos de cáncer este año.
La literatura médica continúa enriqueciéndonos en el tratamiento de este mal, pero incuestionablemente hay mucho por recorrer.
Me siento realmente halagado por haber sido designado por la dinámica presidente de la AERINCA, Profesora Euridice Figueiredo, para presentar este capítulo.
Tuve la incalculable honra de convivir íntimamente con el Padre de la Mastología en nuestro país. Fue el maestro Alberto Lima de Morais Coutinho, quien implantó, con un inmenso esfuerzo esta especialidad en Brasil.
Acompañé la lucha aguerrida de los defensores de la idea. En Río de Janeiro, destaco los nombres de Adayr Eiras de Araújo y de Jorge Sampaio de Marsillac. Conscientemente cometí la injusticia de no referirme a otros, entonces más jóvenes, igualmente aguerridos defensores de este ideal.
Con honor sin límites saludo a la AERINCA, que viene congregando un batallón de ex-residentes del INCA que riegan el crecimiento de la Cancerología en Brasil y en países latinoamericanos. Con modestia, pero mucha emoción, dirijo mis pensamientos a un pasado lejano, muy rico en mi vida; me refiero a los 2 años de mi residencia en el Instituto Nacional del Cáncer
Hiram Silveira Lucas
Director del Instituto Nacional del Cáncer (1979)