A medida que la proporción de adultos que superan los 65 años sigue en crecimiento en todo el mundo, los trastornos neurológicos en los ancianos surgen como un problema epidemiológico de dimensiones cada vez mayores.
Esto motiva que las consultas más frecuentes en esa población obedezcan a trastornos de la memoria, acúfenos, mareos y alteraciones de la estabilidad, temblor, depresión y lentitud, entre otros.
La necesidad de información especializada sobre estos temas exige ordenar los recursos para arribar a un diagnóstico y conocer las opciones terapéuticas.
Se sabe que más de la mitad de los trastornos que ocasionan discapacidad en las personas mayores son de origen neurológico, pero muchas veces es difícil para el internista englobar todos los síntomas y adjudicarlos a una sola etiología, ya que estos suelen ser causados por una suma de factores que deben ser reconocidos y, eventualmente, tratados.